El verano trae consigo días más largos, altas temperaturas y un incremento en las actividades al aire libre. Pero también conlleva un mayor riesgo de deshidratación, una condición que puede tener consecuencias serias si no se detecta y previene a tiempo.
Mantenerse hidratado no solo es crucial para el buen funcionamiento del cuerpo, sino que también mejora la energía, el rendimiento físico, la concentración y la salud general. En este artículo descubrirás cómo prevenir la deshidratación en verano, las señales de alerta más importantes y las mejores bebidas y hábitos para mantener tu cuerpo hidratado.
¿Qué es la deshidratación y por qué ocurre más en verano?
La deshidratación se produce cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere. Esto afecta el equilibrio de electrolitos, la función celular y la regulación térmica. Puede ser leve, moderada o grave, según la cantidad de líquido perdido.
Durante el verano, las causas más comunes de deshidratación incluyen:
– Sudoración excesiva debido al calor o al ejercicio
– Exposición prolongada al sol
– Falta de ingesta adecuada de agua
– Consumo excesivo de alcohol o bebidas azucaradas
– Enfermedades gastrointestinales como vómitos o diarrea
Síntomas de deshidratación: señales que no debes ignorar
Reconocer los síntomas a tiempo puede marcar la diferencia. Aquí te dejamos los principales signos:
En adultos:
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Sed intensa
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Boca seca
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Fatiga o debilidad
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Mareos o confusión
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Orina escasa y de color oscuro
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Dolor de cabeza
En niños y personas mayores:
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Irritabilidad
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Ojos hundidos
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Piel seca y poco elástica
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Menor producción de lágrimas
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Fontanelas hundidas en bebés
¿Cuánta agua necesitas tomar en verano?
La cantidad de agua recomendada depende del peso, la edad, el clima y el nivel de actividad física. Estas son las cifras orientativas para los meses más calurosos:
– Mujeres adultas: entre 2,5 y 3 litros al día
– Hombres adultos: entre 3 y 3,7 litros diarios
– Niños: entre 1,5 y 2 litros
– Personas mayores: igual que los adultos, pero con mayor vigilancia
Importante: no esperes a tener sed. La sed es ya una señal de deshidratación incipiente.
6 consejos efectivos para prevenir la deshidratación en verano
1. Bebe agua con regularidad
Evita tomar grandes cantidades de golpe. Lo ideal es beber sorbos frecuentes a lo largo del día. Lleva siempre contigo una botella reutilizable.
2. Incluye frutas y verduras con alto contenido de agua
Alimentos como la sandía, melón, pepino, apio, lechuga o fresas son excelentes aliados para mantenerte hidratado de forma natural.
3. Evita bebidas que deshidratan
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Alcohol: incrementa la eliminación de líquidos
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Bebidas energéticas o con cafeína: tienen efecto diurético
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Bebidas azucaradas: no hidratan eficazmente y aportan calorías vacías
Opta por agua, infusiones frías sin azúcar, caldos suaves o bebidas isotónicas si haces mucho ejercicio.
4. Limita la exposición al sol
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Evita el sol directo entre las 12:00 y las 17:00
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Usa ropa ligera, sombrero y gafas de sol
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Busca sombra siempre que sea posible
5. Hidrátate antes, durante y después del ejercicio
Si haces deporte, bebe agua constantemente. Para entrenamientos largos o de alta intensidad, considera bebidas isotónicas que repongan electrolitos.
6. Cuida especialmente a niños y personas mayores
Ambos grupos tienen una menor percepción de la sed y son más vulnerables. Asegúrate de que beben regularmente, aunque no lo pidan.
Preguntas frecuentes sobre la hidratación en verano
¿Qué bebidas hidratan mejor?
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Agua natural: la mejor opción
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Infusiones sin cafeína ni azúcar
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Caldos vegetales
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Bebidas isotónicas para reponer electrolitos
¿Puedo mantenerme hidratado solo con frutas?
No. Aunque ayudan, el cuerpo necesita agua pura. Las frutas complementan, pero no sustituyen la hidratación.
¿Es bueno beber mucha agua de golpe?
No. Puede provocar hiponatremia (bajo nivel de sodio en sangre). Bebe de forma constante durante el día.
¿Cómo saber si ya estoy deshidratado?
Si sientes cansancio, mareos, orina oscura, boca seca o confusión, es hora de actuar.
Conclusión: la hidratación, tu mejor aliada este verano
Evitar la deshidratación en verano es fácil si aplicas unos simples hábitos: bebe agua regularmente, elige alimentos frescos, evita el sol en las horas más intensas y mantente atento a los signos de alerta.
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